Era un secreto a voces, pero hasta ahora ningún banquero lo había dicho tan claramente como ayer Jacobo González-Robatto, director general del Banco Popular: los bancos prefieren aguantar todo el tiempo que haga falta los pisos en su balance antes que bajar los precios para sacarlos al mercado. Obviamente, venderlos a un precio más bajo del que se quedaron los ladrillos implica asumir una pérdida, de ahí que traten de evitarlo por todos los medios. Pero para poder mantenerlos en balance, la clave está en que el BCE mantenga los tipos bajos actuales.
“Vamos a mantener los activos inmobiliarios, no a malvenderlos. No tenemos ninguna intención de venderlos a precios por debajo de los de mercado porque podemos aguantar sin problemas”, afirmó ayer Robatto en la rueda de prensa de resultados del Popular. “Es muy diferente tener activos inmobiliarios ahora que en la anterior crisis, la de los años 90. Entonces, con tipos al 18%, en tres años te habías comido casi todo el valor del activo; pero ahora, con el precio del dinero al 1% ó al 2%, no hay ningún problema por aguantar los activos en balance el tiempo que sea necesario”, añadió.
Es decir, la clave está en el nivel de los tipos de interés. Según los expertos consultados, de lo que se trata es del coste de oportunidad de, en vez de tener en balance un activo productivo (crédito), tener uno improductivo (ladrillos) que, además, tiene un coste: mantenimiento, comunidad, seguro, impuestos, etc. Este coste es tanto menor cuanto más bajo sea el coste de financiación del banco, puesto que la rentabilidad mínima que pides es ese coste de financiación. Por ejemplo, si los tipos estuvieran al 8%, ese coste de oportunidad sería mucho más alto.
De las palabras de Robatto se deduce que el BCE tiene la culpa, en última instancia, de que los pisos no bajen en España. La cuestión es qué pasará cuando la autoridad monetaria europea empiece a subir el precio del dinero o restrinja la barra libre de liquidez al 1% para las entidades -que los consejeros del BCE no dejan de repetir que es una medida excepcional, que se levantará cuando se normalicen los mercados-. Algo que algunos institutos económicos cifran para finales de año, cuando la economía alemana afiance su recuperación. En todo caso, nadie espera que los tipos vuelvan al 4% ó al 5% en un futuro previsible.
De todas formas, el director general del Popular aseguró que los precios sí han bajado: en el caso de los 2.000 millones de euros en ladrillos que se ha tenido que ‘comer’ su banco, un 35% como media desde los niveles anteriores a la crisis (no respecto a la valoración a la que se los quedaron). Asimismo, asumió que “hay que desatascar el stock de vivienda” y que, en algún momento, todos esos pisos tienen que salir al mercado. Para ello ha creado su brazo inmobiliario, Aliseda, que dirige Pedro Rodera, ex consejero delegado de Realia.
“La gente busca chollos”
Eso sí, ese momento todavía no ha llegado: “Ahora hay muy poca elasticidad a las rebajas de precios, porque la gente espera lo que se conoce coloquialmente como chollos y no compra aunque ofrezcas descuentos muy atractivos”, añadió Robatto. Como ya explicó El Confidencial, los grandes descuentos que ofrecen las inmobiliarias de bancos y cajas son ficticios, porque toman como referencia un valor de tasación absolutamente irreal, favorecido por la manga ancha del Banco de España y por la enorme laxitud -única en el mundo- de la normativa de tasaciones española.
Como es sabido, la crisis económica ha obligado a las entidades financieras españolas a hacerse cargo de la gestión de inmuebles procedentes de particulares, inmobiliarias y constructoras que no pueden hacer frente a los préstamos con los que los compraron. De esta forma, evitan que dichos préstamos engrosen la abultada cifra de morosidad de las entidades y, en consecuencia, tener que provisionarlos como una pérdida en sus cuentas.
Finalmente, Robatto pidió al Gobierno que dé marcha atrás en la supresión de la deducción fiscal por compra de vivienda para estimular el mercado: “Todo lo que se haga para que el consumidor tome el relevo de la recuperación económica es bueno, y está demostrado que hay una respuesta muy positiva a las ayudas fiscales: ahí está el ejemplo de los coches, donde el cambio de las ayudas ha tenido un efecto muy beneficioso”.
Via | Cotizalia